Descripción del proyecto
El proyecto de Casa Pletada empezó en 2014 y finalizó a principios de 2017. Se trata de una promoción de 6 viviendas unifamiliares adosados (entre las cuales se encuentra la vivienda que se certifica) en régimen de autopromoción, desarrollando cada una según las necesidades del usuario (distribución, materiales, acabados, etc.).El programa consta de una planta sótano destinada a garaje privado, un lavadero y un trastero que forman parte de la envolvente térmica; la planta baja con acceso principal, un baño, una cocina abierta al comedor y sala de estar; la planta primera con dos habitaciones enfocadas a las dos fachadas, con vestidores y un baño compartido; y la planta segunda con una suite con baño y vestidor y una gran terraza con vistas al mar. En total se tratan 213 m2 construidos y 131,76 m2 de referencia energética.
El clima en Sitges tiene la peculiaridad de ser bastante regular, con veranos calurosos y húmedos e inviernos con pocos días de frío extremo, lo que supone una dificultad a la hora de diseñar estrategias de protección y captación solar al mismo tiempo. También es cierto que con las generosas horas de sol durante los días de invierno hace que, con un buen asoleo, la demanda de calefacción sea más sencilla de reducir que la demanda de refrigeración en verano donde por las noches el termómetro no desciende lo suficiente para refrigerar pasivamente (por este motivo se opta por la implantación de un pozo canadiense como refrigeración pasiva conectado a la ventilación mecánica de doble flujo).
Aspectos técnicos remarcables:
Aspectos ecológicos si los hay:
Para lograr un gran nivel de auto abastecimiento energético, todas las áreas de cubierta disponibles se han cubierto con módulos fotovoltaicos. La instalación se ha llevado a cabo con un sistema de montaje con una subestructura de bloques de hormigón para evitar cualquier perforación. La electricidad producida se utiliza prácticamente en su totalidad para uso propio y los excedentes se están suministrando a la red pública. Se instalan un total de 14 módulos fotovoltaicos con orientación sur, módulos de 250Wp con acumulación en baterías de 4,4 KW/h
Componentes remarcables:
Se propuso la implantación de un pozo canadiense (intercambiador de calor aire a tierra). Su construcción se basa en la instalación en el subsuelo de conductos a una profundidad de entre 2 y 4 metros y una longitud de unos 35 metros para poder circular el aire a través de ellos. En contacto con los conductos, el aire adquiere la temperatura del terreno, que más tarde, con una contribución adicional, si fuera necesario, lo impulsaremos en las estancias de la vivienda. Estimamos que a una profundidad de aproximadamente 3 metros ya encontramos temperaturas que podemos considerar cerca de las óptimas para el confort en una vivienda (17º a 25º).
Comentarios adicionales:
La casa tiene una sensación térmica uniforme sin cambios bruscos de temperatura, mientras en el exterior, puede haber una diferencia entre el día y la noche de unos 10-15 grados, dentro, las variaciones oscilan entre 2 y 3 grados. En el interior se respira un aire sin olores y la casa se ensucia menos que una convencional porque no hay necesidad de abrir las ventanas para ventilar, además el hecho de que la casa tenga una gran hermeticidad implica un gran aislamiento acústico desde el exterior. Más allá del ahorro energético (y, por lo tanto, económico) de la casa, se destaca el alto grado de confort interior que se disfruta. En resumen, aislamiento térmico, acústico, sin sensación de humedad incluso en la zona de lavadero ubicada en el sótano y con condiciones de humedad y temperatura constantes y sin grandes variaciones
Información ampliable en https://sgarq.com/