El nuevo Código Técnico de la Edificación aprobado en septiembre de 2020 obliga a que todos los edificios de nueva construcción y las rehabilitaciones profundas sean de consumo energético casi nulo.
Quizá haya visto una placa en la entrada de algunos edificios con un sello LEED, BREEAM, Well o Passivhaus… En caso contrario, no parará de verlo en los próximos años, porque, si bien empezaron a tenerse más en cuenta durante los últimos cinco años, la pandemia por Covid-19 ha acelerado el interés por unos edificios sanos que además ‘ahorren’.
Passivhaus ha estado más ligado a vivienda y, aunque la primera casa certificada así en España se construyó en 2010, «en los últimos dos años se ha certificado la misma superficie que en los ocho anteriores y se duplicará en los dos años siguientes», dice Bruno Gutiérrez Cuevas, presidente de la Plataforma de Edificación Passivhaus y socio del estudio Emmepolis Novecento, que proyectó la primera casa certificada como pasiva dentro de la ciudad de Madrid en 2012, una vivienda unifamiliar en El Plantío.